Aguas turbias | Lecturas de verano II



Si es usted una persona curiosa, con ganas de aprender, de aquellas que cuando leen una página de un libro le dedican más tiempo a buscar información acerca de cualquier pequeño dato oculto entre líneas, que a la propia lectura, esta es su novela para el verano. 


Un recién iniciado en el mundo literario como es el alemán Sascha Berst, enrola al lector en una detectivesca aventura que no dejará exentos a los más intrépidos de iniciar una búsqueda intelectual y personal hacia los valores humanos, el civismo y la antigua filosofía política

Vademécum humano de lectura obligada en un momento en el que precisamente estos tres pilares se desmoronan.



Lecturas de verano | Asesinato en el jardín de Sócrates | Por Ana Esther Méndez



Imagine usted que se encuentra en una tradicional y tórrida tarde de verano, de esas en las que se le atraganta la telenovela de Nova, el comadreo de Telecinco, y el no-se-sabe-qué del resto de cadenas. Imagínese que está empachado, de comida, whatsapps y sandeces en las redes sociales; que no aguanta salir a pasear porque eso implica pensar en lo que no le conviene; que se encuentra hasta el mismísimo sobre -que dirían algunos hombres públicos- de su entorno familiar y social; y que por supuesto, no se aguanta a sí mismo. Llegados a este punto, tiene dos opciones: poner en práctica el más puro estilo borroka o buscar alternativas sanas. 

Como decía el ensayista francés Émile Herzog, 'la lectura de un buen libro es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta'. En devoción a las palabras de Herzog y confiando en que esta premisa sirva como salvoconducto hacia la serenidad, la alternativa que le presentamos es Asesinato en el jardín de Sócrates. Consulte cualquier reseña y comprobará cómo le describen un relato detectivesco, ambientado en la período en el que los Treinta Tiranos accedieron al poder en Atenas. Siga consultando y se dará cuenta de que a la trama se le entrelazan varias historias de amor hetero y homo sexual y de índole familiar. Si sigue investigando, llegará a la verdadera esencia de la obra: la pugna interior de un hombre vacío, aunque lleno de riquezas huecas, que ve inesperadamente truncados sus planes de futuro ante un asesinato que se le presenta como el mayor reto personal de su vida. Una lucha interior de un hombre cualquiera, en un momento cualquiera, que comprueba cómo se despedaza su vida en el instante que dura una frase. La filosofía, la política, las leyes cívicas de la ciudad y los lazos personales pondrán en jaque a los protagonistas de nuestra novela, en la que nos encontramos a verdaderos buque insignia de nuestra cultura actual: el propio Sócrates, el historiador Jenofonte, el estadista Alcibíades, Platón, Lisias o Glaucón. Todos ellos actuarán como estandartes de la vulnerabilidad humana, como banderas de cada uno de los carismas humanos que se colocarán en el camino de nuestro protagonista como piezas de ajedrez esperando ser vencidas o vencedoras. A mitad del sendero el lector es capaz de comprobar cómo una aparente pugna interior se extrapola a toda la urbe, que ha de luchar de la misma manera que su protagonista por salvar su existencia o coexistir en el quebranto. 

De este modo, Sascha Berst, en su primera novela, consigue enrolar al lector en sus filas, como si fuese un soldado ateniense más, que ligado al destino de Nicómaco, nuestro protagonista, buscará su verdadera identidad en medio de un mar de dudas, convulsiones y agitación personal. Un mar desafiante en el que podría dejar naufragar su hastío veraniego, y quién sabe, tal vez replantearse lo que es o lo que podría ser. 


Ana Esther Méndez     (@hormonada)


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