Carlos Sadness imparte sus Ciencias Celestes en Salamanca

Laura Marcos @Lauramarcosm 

Es  viernes 1 de febrero y, pocos minutos antes de las 11 de la noche, el Café Berlín se encontraba acogiendo a lo que parecía una parte importante de la comunidad gafapasta de Salamanca. El motivo de este revuelo se llama Carlos Sadness que congregó el pasado viernes a una gran masa de jóvenes en un concierto cercano y con mucha implicación por parte del público. El artista estrena mes de febrero en Salamanca, eligiendo nuestra ciudad entre una de las muchas por la que pasará estas semanas con la gira de Ciencias Celestes, un álbum con un estilo renovado, fresco y más maduro.

Abandonando los beats y, tras ellos, su antiguo seudónimo, Carlos Sadness renace como músico de las cenizas de Shinoflow con un nuevo álbum mucho más brillante y positivo, que saca a la venta tras una importante metamorfosis musical y, posiblemente, personal.
Nada más lejos de su primer disco, El presidente de los Estados de Ánimo. El álbum, que sacaba a la venta en 2008, comprende sentidas composiciones como Tristura, Amor descafeinado, o Extraño extrañado. Temas con un extraordinario componente melancólico, y esa manera formidable de narrar la tristeza con el arte de la rima como instrumento, fruto de la profundidad de su mente y corazón. Asimismo, son letras que dejan escapar la comprensión ontológica del artista, haciendo reflexiones sobre el mecanismo de los sueños y sobre cómo incluir la tristeza como elemento necesario en la vida. Las dolencias de un joven que se movía en un estilo hip hop, pero intimista. El disco, además, estaba acompañado de deliciosas ilustraciones realizadas por él mismo, con un alto grado de abstracción. Un trabajo, para él, perteneciente a otra época de su vida.

Carlos Sadness integra ahora instrumentos musicales obteniendo así un disco más melódico que el anterior, y con letras también distintas, mucho más optimistas y con una original temática animal. Hoy es el día, Canción Fronteriza o Amores Flacos son algunos de los temas que componen este disco, ahora de estilo indie pop  que recuerda al de Facto Delafé y las Flores Azules. Con todo, la base de su personalidad como músico permanece presente en todas sus composiciones. La forma de cantar hablada y su manera inconfundible de rimar tratando los sentimientos le han convertido en un artista inconfundible y genuino, que llegó calando en internet y ahora, en la calle. Ciencias Celestes se presenta así como un nuevo trabajo más serio y logrado, en un estilo que, según el propio Carlos, se corresponde mucho más con su personalidad actual y en el que se siente más cómodo, calificando como ‘más adolescente’ a su alter ego Shinoflow.

El artista Carlos Sadness durante su concierto
en el Café Berlín, Salamanca

Sobrenombre que muchos se dedicaron a recordarle durante el concierto; sin embargo, Sadness no interpretó canción alguna de su antiguo yo, exceptuando, por supuesto, el single Estoy vivo que lanzaba en 2009, a medio camino entre su primer y su segundo disco. Una determinación que dejó afligidos a algunos de sus fans más antiguos. No obstante, Carlos Sadness protagonizó un concierto muy especial, emocionante, y contando con una  alta calidad musical. Gracias a las numerosas manifestaciones de cercanía y alusiones a los asistentes, el músico favoreció el intercambio de impresiones público-artista, con el humor como pieza fundamental: el conflicto Barça-Madrid, o el famoso tema discotequero Quítate el top  fueron algunos de los temas que Carlos sacó a relucir, manteniéndose siempre a la altura de las circunstancias. El público, afectuoso, le regaló perlas tales como “Carlos Sadness, eres grande” y sus variantes, o aclamaciones a grito de “¡Presidente!”

Una muestra de que Sadness sabe entablar un sano feedback con sus fans, actitud que estuvo presente también post-concierto. Una larga fila de grupies con o sin gafas de pasta se formó en torno a su pelo largo una vez terminado el concierto. Multitud entre la que se desenvolvió con gran naturalidad, tratando a sus admiradores acogedoramente. Sin prisas, regaló fotos, autógrafos y algún que otro dibujo.

Solo queda agradecer a Carlos Sadness su visita por Salamanca, en un concierto que dejó satisfechos a todos aquellos que escuchan su música, ya sea la de antes o la de ahora, y que sin duda generará nuevos alumnos de esta clase magistral de Ciencias Celestes, que nos regala ahora Carlos. Próximo concierto, 8 de febrero en Ibiza.



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